lunes, 21 de febrero de 2022

Afrodita me provoca

 Afrodita me provoca

Siento tu piel desnuda junto a mi, mis manos recorren las sinuosas curvas de la sinfonía de tu cuerpo, el deseo palpita a como recorro tu piel, acaricio tus muslos, bajo a tu cintura, avanzo a tu pecho, el néctar erógeno que provocan tus pezones en mis manos, en mis dedos cuando con deseo duro, pero suave los aprieto. Eres mía y el deseo palpitante de tenerte lo grita mi pene entre tus nalgas, 

Deseo penetrar tu culo, tu vagina dulce, que mis dedos acarician girando sobre tu clítoris y mi pene quiere penetrar. Pego mi cuerpo a tu espalda, beso tus hombros, tu cuello, pero se que debo contener mi deseo a punto de explotar por disfrutar de la ambrosía provocadora del sexo.

Eres mi afrodita, mi diosa, te puedo contemplar, te puedo acariciar, puedo orar sobre tu escultura una cadena de oraciones húmeda y palpitante, pero el deseo profundo de poseerte, de sentir mi pene dentro de ti debo contenerlo.

Te das vuelta el rito inicia.  Tu mano acaricia mi pene suavemente y luego cierra sobre el, empiezas tu movimiento oscilante, una masturbación placentera, mientras con tu boca besas mis pezones izquierdos, lo muerdes, siento rico, mi mano releva la tuya en mi pene, me masturbo con el deseo, de pronto tu boca libera mi pecho busca mi pene duro y palpitante.

Siento como tus labios cierran sobre la turgencia de mi falo, con movimientos suaves pero constantes succionas, lames, chupas mi pene. Luego vuelves a mi pecho, mi mano releva tu boca y cuando estoy a punto de expulsar mi semen tu lo sientes y corres presurosa a recibirlo en tu boca, tomo tu cabello y empujo tu cabeza para que trate todo mi pene de entrar en tu boca.

He disfrutado y tú has suplido mi deseo; sin embargo, el castigo duro y cruel deja mi deseo inconcluso porque quiero poseerte toda y no puedo, el cruel destino me muestra tu monumental cuerpo, provocador, tu sexo alimento de mi templado deseo, no puedo tenerlo en forma completa

 




El pasado inevitable nos alcanza

 2022/02/21


Caminábamos juntos, sabíamos que el cómplice deseo nos acompañaba,  la fantasía prohibida de muchos años atrás marcada por la diferencia de edad había llegado a la hora de consumarse.

La diferencia de edades en aquel entonces marcada y la madurez por ti demostrada no permitió que aquel deseo fantasioso acaso diera rienda suelta a lo prohibido.

Pero el tiempo deambulando irregular con su paso vacilante, pero continuo no se detiene, antes hermosa adolescente ahora habías agregado la belleza de la mujer madura, pero tu mirada cómplice me decía que había llegado el momento justo.

Entramos a mi apartamento y con la naturalidad sabida, nos dirigimos a la habitación la invitación está implícita flotando en el ambiente sabíamos a qué veníamos a pesar de no haberlo propuesto.   

No hubo palabras solo el cruce tus labios con los míos en un dulce y húmedo beso que hervía de pasión contenida.  Mis manos hábiles desprendieron tu blusa y tu ropa interior no me di cuenta como desaparecido; tus pechos grandes y tus pezones  turgentes invitaron a ser recorridos por mis dedos que fascinados acariciaban, apretaban, recorrían preparando el camino a mis labios y mi lengua ansiosa que subieron escalando hasta la cúspide donde mi lengua trataba de aferrarse a tu pezón como si de ello dependiera su vida. 

Un dulce quejido emitido me llego ahí donde eros reside y me invito a seguir el recorrido por tu cuerpo descendiendo por tu abdomen hacia tu monte de venus.  

Lentamente, el calor de mi boca se acercaba a tu vagina rosada y húmeda, primero un beso inocente para saludar y luego el huracán devorando cada esquina, cada borde, mi lengua midiendo tu interior y tus quejidos anunciando el placer, luego sentí que tu mano buscaba alcanzar mi pene que turgente y vigoroso sintió el pulso mientras lo acariciabas y jalabas mi cuerpo, querías ser penetrada urgente, no me hice rogar mire tu rostro como si el tiempo 20 años atrás se hubiese detenido y mi pene llego a tu sexo húmedo,  listo suavemente entro, lentamente como se entra a un lugar desconocido, pero rápido sintió el gusto de ser bien acogido y empezamos a sincronizar nuestros movimientos aumentando la velocidad más rápido más frenético más apasionado,  tus brazos con fuerza me ataban para mantener unidos nuestros cuerpos ardientes mientras un quejido, luego otros y de pronto la explosión incontenida del orgasmo llego los espasmos de tu vagina y mi pene como maravilla sincronizada lentamente fuimos víctimas exhaustas de la pasión, un beso suave sello aquel momento mágico, tendido a tu lado nuestras miradas mantenían un diálogo largo para el cual no hay palabras.

El tiempo transcurrió aunque para nosotros estaba detenido de pronto tu mano sobre mi pecho inicio el recorrido hacia mi pene mientras tu boca besaba mis pezones y la seguía, al solo tacto de tus dedos mi pene reacciono y empezó a crecer para recibir un beso y luego tu labios se abrieron para consumirlos, subiendo y bajando dando placer sin parar, tu boca envolvió mi sexo asegurándolo, mientras tu lengua esculpía dando vueltas y mi placer aumentaba, de pronto ceso, te subiste en mí,  besaste mi boca mientras introducías mi pene en tu vagina húmeda y tibia, tú controlabas la situación, movías tus caderas para adelante y para atrás tú dirigidas la orquesta y yo disfrutaba la vista de tus pechos turgentes y oscilantes que rápidamente mis manos apretaron mientras tu movimiento continuaba, de pronto un quejido y luego otro, y echaste tu cuerpo para atrás esperando sentir hasta lo mas profundo mi pene mi eyaculación cálida no se hizo esperar te inclinaste hacia mí  me besaste y pusiste tu rostro sobre mi pecho mientras todavía palpitaban nuestros cuerpos.

Cómplice el tiempo en esa tarde de verano mientras nos vestíamos sabíamos que habíamos cumplido con nuestros deseos primitivos tanto tiempo guardados, pero que aquello no se iba a volver a repetir así que mientras te vestías trataba de grabar cada parte de tu cuerpo, de ese momento mágico,  la belleza estaba en el tiempo esperado y el que no volverá.